Días mierdosos

Entrada modo mosqueo.

Y no me canso de darme una y otra vez contra el suelo, de hacerme ilusiones y crearme expectativas sobre cosas y de que siempre, siempre, se vaya a la mierda.

Ha sido un verano de mierda, aburrido, poco sociable y sin moverme de aquí porque no tengo un duro. He salido de fiesta algún día, y me lo he pasado bien, y noto que voy progresando en temas de sociabilidad pero en resumen, ha sido un verano mierdoso. Porque casi no tengo amigos, porque no tengo dinero y porque no tengo nada que hacer.

Ahora ha llegado septiembre, pero todo sigue un poco mierda.

No sé que pasa, pero nada sale bien (es decir, como yo quiero que salga).

La semana pasada pude haber disfrutado de varios días de intimidad sexual que se desperdició por motivos laborales, físicos y anímicos. Sin embargo, como tenía medioplaneado pasar el fin de semana «acampando» en la  playa pensé que una cosa compensaría la otra (de hecho, los motivos laborales, por ejemplo, eran de cara a tener el fin de semana libre). Pero el plan de acampar se fue a la mierda porque se acabó el verano y parecía que iba a llover, se anuló y al final incluso hizo calor. Esa noche salí de fiesta, estuvo bien, pero consistió en sentarse a hablar en la calle delante de la puerta de una casa con música. Creo que luego follé más o menos, pero lo dejamos para el día siguiente. Claro que no podía salir bien, y al día siguiente me bajó la regla y para acabar de joder, me empezó a doler la muela (un grano de arroz DURO se me clavó en una caries y me hizo una herida – tócate los cojones). Me he pasado 3 putos días encerrada en casa, drogada, con dolor en la boca, un día de los cuáles me lo pasé vomitando porque las pastillas para el dolor me han destrozado el estómago.

Ayer por fin salí, para una entrevista de trabajo de la que no quedé nada contenta, no creo siquiera que me tengan en cuenta para el proceso de selección, pero de aquí a DOS SEMANAS me dicen algo si es que me cojen. El señor marquesito me dijo que le apetecía quedar, y dado que llevaba varios días encerrada en casa, no sé cuántos sin follar (o con sexo pero un poco raro) y últimamente estoy un poco rara con marquesito, estaba cantando que iba a ir. Pero las cosas no salieron como yo me había imaginado y marquesito tuvo compañía toda la tarde y por la noche estaba destrozado y con sueño (y tampoco es que hubiera intimidad para hacer nada).Al menos, pensaba, mis padres me han dicho que este fin de semana se van al Pirineo y puedo montarme el campamento en casa, además igual me dejaban la x-box, así que prometía ser brutal.

Pero ni me han dejado la x-box, ni mis padres se van al Pirineo ni nada.

Encima, hoy había quedado para ir a un concierto, pero nada, y como nada, había quedado con unas amigas, pero al final nada tampoco.

Y estoy un poco cansada.

La semana que viene quería subir al pueblo de unos amigos, y seguro que no voy, tampoco iré a Dublin a ver a mi amiga, ni me haré la ruta sureña porque no tengo trabajo ni dinero y porque cuando consigo dinero, me lo gasto en porros para poder dormir aunque sea un poco.

Tengo problemas de sueño cada vez más bestias, duermo como mucho 4 horas cada día, y me noto cansada, pero no me puedo dormir.

Mi madre cada día está peor, y yo me siento culpable, inútil y estúpida y no le queda mucho tiempo al parecer. Pero verla de un lado a otro de la casa, caminando encorvada, pasito tras pasito, oir sus quejidos y lloros de dolor, etc, etc, etc, me pone triste… y si todas las cosas que me hacen un poco de ilusión se me van a la mierda, no hay manera de animarse.

Al menos estoy contenta porque, al parecer, voy a ir a un espectáculo que promete ser tremendísimo y que sí, me hace mucha ilusión: La obra de teatro de Tim Robbins «Orwel 1984», pero de aquí a octubre, hay mucho tiempo para que esta ilusión acabe dónde han acabado el resto.

SEMIRELATED POST: ¡Mala Suerte!

[Sectas] Asociación Reto a la Esperanza

Hace un tiempo, cuando este blog aún estaba alojado en Blogia, escribí una entrada entre lágrimas, pues acababa de despedirme de una buena amiga que al parecer ingresaba semivoluntariamente en un centro psiquiátrico en Valladolid. Sin embargo, al poco tiempo de escribir el artículo, me enteré de que no estaba en un centro psiquiátrico, si no en un centro de desintoxicación religioso.

Como ya expliqué, Moon tenía sus «cosas», pensamientos extraños y bizarros motivados por vete-a-saber-tú qué extraños procesos mentales. Un día explotó y decidió irse a un supuesto centro de desintoxicación, porque se lo recomendaron (a pesar de que ella no tenía ningún tipo de adicción).

¡Bienvenidxs a Reto a la Esperanza!

BIEN, PRIMERO QUIERO DEJAR CLARO QUE YO NO HE VIVIDO LA REALIDAD DE ESTE LUGAR Y ME LIMITO A PLASMAR LAS EXPERIENCIAS QUE HE IDO RECOGIENDO A PARTIR DEL INGRESO DE MOON, ASÍ QUE SI VUESTROS COMENTARIOS VAN DIRIGIDOS CON LA INTENCIÓN DE RECRIMINARME ESO, NO HACE FALTA..*

Una vez supe que se la llevaban a un sitio que se llamaba «Reto a la Esperanza» en Valladolid, me puse en contacto con una amiga de allí por saber si lo conocía – ya que ella se movía en el ambiente socio-sanitario. Efectivamente, había oído hablar, y les ha visto pasar con el camión recoge-muebles por delante de su casa. Lo que me dijo fue que explotaban a los internos haciéndoles recoger y reparar muebles y cosas de segunda mano y que conocía a un señor que estudiaba con ella, que conocía a gente que había pasado por ahí e intentaría ponerse en contacto y preguntarle.

En internet, a parte de la propia página web de la asociación, y de referencias del tipo páginas amarillas, no encontré ningún testimonio de nadie que hubiera estado dentro y contara su experiencia. Entré en su página web: asociacionreto.org , que empieza con una introducción fotográfico-músico-mística, que pretende inspirar tranquilidad y paz espiritual (y que a mí me da escalofríos) y contiene una especie de declaración de principios en la que dejan clara la intención evangélica del asunto y explican cómo se supone que funciona el proceso de ingreso en el centro y el proceso de rehabilitación.. y como llevo tiempo inquieta con el tema de las sectas y, no sé por qué, soy sensible al tema, ciertas cosas no me gustaron un pelo. Así que busqué «secta» y «reto a la esperanza» y lo que encontré fue un libro de un tal «Carlos Longarela», titulado «Las sectas destructivas y demoníacas en España» (1998-2000) en el que dedica un apartado a esta asociación, afirmando que:

«Escindido de Remar. Tanto en Reto como en Remar basan la rehabilitación en el seguimiento de la Biblia, la obligatoriedad de actividades de culto y en un concienzudo trabajo, primero en talleres de formación de oficios y posteriormente, desempeñando las labores que ofertan en el mercado.

Los toxicómanos reconvertidos en personal productivo en ningún momento reciben salario ni cuentan con seguridad social, con lo que son explotados económicamente.

La gran mayoría de los miembros no pueden elegir desvincularse del centro al no disponer de apoyo y recursos en el exterior. Lo que se ha disfrazado de obra social (recuperación y reciclaje de objetos usados para ayudar a la rehabilitación de toxicómanos) es en realidad un lucrativo negocio en expansión para los dirigentes.

Debido al desconocimiento de la magnitud de estas dos sectas, desde las instituciones se colabora de diferentes maneras: se gestiona la derivación de toxicómanos a estos centros; se propicia el cumplimiento de la condena de toxicómanos en ellos; se mantienen convenios laborales; se posibilita la realización de la Prestación Social Sustitutoria en los centros.

Según Andoni Pangua, portavoz de Askagintza (asociación dedicada a la prevención de drogodependientes en Euskadi): «Reto es una secta que capta a toxicómanos y a sus familiares, y tras sacarles de la droga los explotan en diferentes trabajos. Carecen de médicos, psicólogos y personal especializado para atender a los adictos».

Avisé a Moon (y por ende a la Asociación Reto a la Esperanza, puesto que interceptan el correo entrante y saliente) de que iba a Valladolid. Fui  y allí hablé con el compañero de clase de mi amiga, era un hombre de unos cincuenta años, que aunque se había rehabilitado en «Proyecto Hombre» conocía a gente que había pasado por «Reto a la Esperanza».

Él me contó que a parte de trabajar para ellos de manera gratuita, sin estar asegurados (para cubrir gastos, obviamente, el «tratamiento» es gratis), obligan a los internos a asistir a celebraciones y actos religiosos – no al principio, pero sí con el tiempo (fijan el periodo mínimo de los «tratamientos» en unos 6 meses) – ,  intentan convencerles de que no sólo tienen que vencer a las drogas, si no de que están poseídos, tienen el demonio dentro y ellos tienen que sacárselo,  y son escoltados de manera permanente durante los primeros meses por una persona de la secta, a la que llamó «sombra» (qué sutil). Además, en caso de decidir marcharse del centro, mucha gente recibe presiones psicológicas y ataques a su integridad, llegando a decirte que eres un deshecho humano, escoria, que no tienes a nadie porque eres una mierda y sólo puedes contar con ellos.

Todo esto se entiende una vez llegas a una de sus sedes en Valladolid, dónde tienen las oficinas. Se encuentra en una carretera que une la capital con Santovenia de Pisuerga, entre fábricas, algún que otro taller, y muchos coches. Las instalaciones eran brutales: metros y metros y metros cuadrados presididos por un gran cartel de carretera en el que se puede leer un salmo que por más que me esfuerzo no consigo recordar, pero que daba miedito. Por un lado, un descampado con una especie de desguace de coches y venta de automóviles de segunda mano, por otro lado, unas escaleras que daban a un edificio de oficinas un tanto victorianas y otro espacio en el que si no recuerdo mal había coches aparcados y que permitía el acceso al taller de tapicería y a las diversas tiendas (antigüedades, ropa de segunda mano, rastro, …) que tienen. Entré en una de las tiendas buscando a Moon, pero en su lugar había una mujer trabajando, con cara de amargada y escuchando música pop religiosa (consiste en cambiar los «baby» de las canciones normales por «Jesús», [Cartman dixit]).

Seguí dando vueltas entre las instalaciones pero no encontré a mi amiga, así que me dirigí a las oficinas y le indiqué a una de las recepcionistas que estaba pasando unos días en Valladolid y sabía que Moon andaba por allí y quería visitarla. Se pusieron tensas y llamaron a la que dijeron era la «Responsable» de ella, una señora de unos treinta y largos, vestida de sport y de estatura media, que me puso al corriente del estado de Moon, y me dijo que se había querido ir pero la habían hecho recapacitar (textualmente), me indico cuántos inconvenientes había en que yo viera a mi amiga y que finalmente y para cerrar el caso, me dijo que no estaba, que la habían llevado a la capital.

Sin embargo tuvo tiempo para sugerirme mi propio ingreso en el centro, que tienen plazas libres y ellos pueden ayudarme, pero sobre todo me ayudaría Jesucristo.

Salí de allí caminando despacio, intentando retener toda la información subliminal que la señora me había dado, vigilando esquinas por si había alguien esperándome (mal rollo) pero se me había disparado el modo paranoia (aunque nunca está de más mantenerse alerta cuando estás en las intalaciones de una secta) y no me esperaba nadie, sin embargo sí me vigilaban desde las oficinas. Cogí la bici y me esperé una hora en las puertas del edificio de al lado, suponiendo que si era cierto que mi amiga estaba en la capital, la vería entrar en un coche o volver al centro. Pero no volvió, me cansé de esperar y allí acabó la búsqueda (no era la intención, pero finalmente fue así).

Un mes o dos más tarde, mi amiga quiso irse del centro pero le pusieron problemas y al parecer tuvo que intervenir la policía para que la dejaran salir, no sin antes recordarle que volvía con la escoria (no puedo dar muchos detalles por cuestiones de privacidad)

Efectivamente, lo único que hacían allí era trabajar y no había médicos, el tratamiento consistía en hablar de dios y su puta madre y en repetir eslóganes religiosos.

Es fascinante la manera en que una supuesta Asociación de ayuda a drogodependientes se convierte en un lucrativo negocio basado en la explotación de gente con problemáticas, aunque quizás no diste tanto de las empresas de reinserción, que dicho sea de paso, son una gran mierda también. La imagen de las instalaciones, de la cantidad de coches, ropa y objetos que allí vendían, el saber que tienen varias casas por todo el estado, hace comprender cuál es el interés en mantener allí a los drogodependientes: mano de obra gratuita, agradecida, sometida y permanentemente vigilada. Beneficios asegurados.

No quisiera acabar el artículo sin añadir algo más.

Empecé a escribir esto aún en Blogia, y como estaba en construcción, estaba guardado en borradores. De alguna manera, por un error de Blogia (otro de tantos) al buscar en google «Asociación Reto a la Esperanza» y «secta» sale ese artículo en construcción (si es que llega a cargar), que no debería salir, porque no está publicado.

Pero hubo gente que llegó al artículo y me enviaron comentarios al respecto y para ser justa, creo que debo publicarlos:

 

Fecha: 2009.05.06 19:58:05

Autor: Candido

Comentario: Yo estuve ingresado en reto burgos y es cierto lo que dice este articulo.cuando pude marcharme se quedaron con mi telefono movil ,mi ropa y mis efectos personales,los pedi y se negaron a devolbermelos.no hay dia que no recuerde lo mal que lo pase no se lo recomiendo a nadie.

Fecha: 2009.07.08 23:24:49

Autor: antonio

Comentario: Hola no se muy bien quien es el autor de este articulotendencioso y mal intencionado , a traves de el puedo obserbar varios puntos el primero es que por suerte el autor no ha tenido problema con las drogas , lo segundo es que el autor nunca ha ni tan siquiera vivitado estos centros de rehabiltacion reconocidos de utilidad publica , ¿cuanto vale a la sociedad un toxicomano? preguntale a los familiares de un toxicomano cuanto pagarian por ver  a su hijo curado y no drogado , trabajando y no robando libre y no preso , sabes autor de este articulo eso no tiene precio , lo que esta claro es que cualquiera hace un blog y escribe lo que quiere , pero si quieres ser serio se imparcial, un saludo.

Fecha: 2009.08.25 22:12:41

Autor: Nieves

Comentario: Mira una cosa.Para hablar de algo hay que haberlo experimentado primero.Esas acusaciones que haces no tienen ningun fundamento.Mas bien parecen fruto de un corazon amargado y deprimido.

Yo si te puedo hablar del centro Reto a la Esperanza, porque estuve en el.Fue lo mejor que me ha podido pasar, porque gracias a ellos conoci al que me saco de las drogas y me ha dado una vida nueva llena de esperanza, alli conoci a Jesucristo.Hoy vivo en mi casa, tengo nueva vida sin drogas.De no ser por centro Reto, hoy estaria muerta.

Ademas alli no me explotaron nunca, sino que me enseñaron a trabajar de nuevo, para quer cuando saliera a la calle de nuevo , supiera valerme,ya que las drogas te dejan totalmente separado de la sociedad.

No se si hablas asi porque estas fracasado.Pero dejame decirte que si es por eso,de verdad que en centro Reto tienes las puertas abiertas.Alli te enseñaran a vivir de nuevo, a amarte y a amar a los demas.Y lo mejor de todo podras conocer a Jesus y lo que  mucho que te ama.

Yo doy gracias a Dios por haber creado centros como Reto a la Esperanza para ayudar a personas con problemas de drogas y alcohol, donde ademas se puede conocer el amor de Dios.

Ademas conozco mas testimonios  de chicas que han salido de Reto y estan viviendo una vida nueva y feliz y con las que mantengo contacto.

Reto a la esperanza es una gran obra, es una obra de DIOS.

Al principio ,cuando yo ingrese tambien pense que era una secta, pero nada mas lejos de la realidad. Reto es un centro de vida, es un centro de Esperanza,una salida verdadera a las drogas.

Y de eso puedo hablar yo, porque yo lo he vivido.

Espero que tu encuentres tambien el camino de la verdadera felicidad.Te animo a que lo busques en Dios.

Dios te ama ,ánimo acercate a El y tendras esperanza.

Ahí queda eso…

RELATED POST: Goodbye, Moon…

Working as MOCHILA(wo)MAN

Hará aproximadamente un mes que envié un correo en respuesta a un anuncio de trabajo en loquo.com a una empresa que se dedica a poner jovencitos y jovencitas a dar vueltas por los conciertos, con una mochila de 18 kg de cerveza a la espalda, al más puro estilo DuffMan.

Se pusieron en contacto conmigo para los conciertos de U2 que se hicieron  en Barcelona el martes y el jueves pasado, y como no tengo más que 20 euros en la cartilla del banco (y no guardo mis ahorros bajo el colchón), creí conveniente ir a trabajar y ganar lo poco que pudiese.

Bueno, igual no se parece mucho…

Nos hicieron presentarnos en el Camp Nou a las 16h. Hasta el momento, no me había parado a pensar la cantidad de empleos eventuales que ofrecen este tipo de eventos, pero el volumen de personal esperando para entrar al campo era exageradamente grande.

El trabajo tiene las siguientes características: Te pones un polo azul – o rojo –  y un delantal, acomodas 18kg a tu espalda en una mochila – tipo acampada – especialmente diseñada para llevar un barril de cerveza con manguera y tirador y te atas una riñonera con billetes y monedas en la cintura. Paseas durante horas por el recinto pidiendo a la gente que se deje robar a cambio de un vaso de cerveza (6 euros) y cuántas más cervezas vendas, más dinero ganas. En teoría y según lo que firmamos, teníamos un sueldo base de unos 30 euros en concepto de 4 horas de trabajo más horas extras más vacaciones a lo que había que sumar 14 céntimos por cerveza vendida (Unos 5 euros y medio por barril). Hasta aquí la teoría.

Aunque el concierto empezara a las 20:30 aproximadamente, el primer grupo de mochilamanes y mochilawoman (yo) salimos a dar vueltas a las 17:30 cuando los posibles clientes eran verdaderamente escasos, más teniendo en cuenta que el tirador estaba mal calibrado y salía demasiada espuma – por lo que perdí parte del primer bidón.

Una vez empezó la música todo fue mucho más sencillo, la gente ya había bebido suficiente como para que no le importara tanto pagar 6 euros por un vaso de cerveza  (al fin y al cabo, muchos se habían dejado más de 100 euros en la entrada, el concierto no era para tanto [sí,  era espectacular y todo eso, pero por 30 euros. Por 100 euros exijo cunilingus por parte de todos los miembros del grupo para poder afirmar que valió la pena]) y estaban contentos. Tanto que debí sacarme unos 15 euros en propinas (entre borrachos, babosos, guiris, grupis y guiris borrachos y babosos).

Acabé destrozadísima.

Pero el jueves volví. Eso sí, me duele todo, nada de salir tan pronto, salí en el último grupo (20:30).

Cuando empieza tu segundo día de trabajo piensas que todo irá mejor, porque ya tienes algo de experiencia, y has aprendido a gestionar positivamente según qué conflictos y problemas. Sin embargo, si eres yo, todo esto se va a la mierda porque seguramente tengas la fortuna de llevarte la peor mochila de todas, esa que se estropea, la arreglan, y se vuelve a estropar. Esa que después de 20 minutos de dar vueltas sin ninguna venta y cuando por fin consigues que alguien acceda a comprarte cerveza, hace «FFFFFFFF» y te llena todo el vaso de espuma. O la mitad del vaso. O no sale más que un débil chorrillo que tarda más de 5 minutos en llenar un triste vaso de 6 euros. Perdí las primeras horas de trabajo en el técnico de mochilas, me sentía como en el ambulatorio de mi barrio. Estás jodido, vas, te esperas mucho rato, al final te llaman, te atienden y te «arreglan» (o te recetan drogas para que «te arregles»), sales, pero luego vuelves a sentirte mal. Les pedí por favor que no me engañaran, que si no tenía solución me lo dijeran, que no me dejaran crearme esperanzas sobre la supervivencia de la mochila.  Finalmente parece que el tratamiento dio sus frutos y (2 horas más tarde casi de la hora pactada) empecé a ganar dinero.

La gran sorpresa me la llevé en el momento de cobrar. ¿Recordáis las condiciones que os he descrito antes?

Bien pues, resulta que no, que no, que no. Que lo del sueldo base es una especie de mínimo de ventas (pese a que los conceptos quedaran bien explicados en la nómina). Es decir, que era todo una puta estafa. Que nuestro sueldo dependía únicamente de las ventas (esos 14 céntimos por cerveza vendida a 6 euros) y lo del contrato y la nómina no es más que una fachada para ser aparentemente legales. Y no se trata de un tema de legalidad, se trata de que nos engañaron.

Así que, según los cálculos aproximados que yo había hecho habría tenido que cobrar:

x= Día 1 (sueldo base + comisión[5,5 x barril (+ 6,5 por más de 6 barriles vendidos]+ propinas) + Día 2 (sueldo base + comisión [5,5 x barril] + propinas)

x= Día 1 (30 + [5’5 x 7 (+6,5)] + 14) + Día 2 (30 + [5,5 x 6] + 10)

x= Día 1 (30 + 45 + 14) + Día 2 (30 + 33 + 10)

x= Día 1 (89)+ Día 2 (73)

x= 162 euros.

Cifra que se aleja bastante de lo realmente percibido, 119,5 (propinas incluidas).

* A ver si ahora se entienden mejor los cálculos…

Pues eso,

kk.

Anécdota graciosa

Mi madre estaba en el ordenador, se le ha caído una cocacola encima del colchón, me ha cambiado las sábanas y ha encontrado mi consolador-vibrador (que no vibra, porque se le han acabado las pilas y ni yo, ni la señora de la tienda, somos capaces de abrirlo-mañana me pongo en serio a ver si se abre) debajo de la almohada.

Éste es el Señor Watermelon Semirealistic

Lo mejor ha sido cuando me lo ha contado, con una cara que parecía una mezcla de diversas emociones: Vergüenza, por la marrana de su hija, Arrepentimiento, por haberlo encontrado por que no tendría que haber tocado mi cama para nada, y Gracia, porque quieras que no, mi madre tiene sentido del humor y una lleva muchos años intentando abrirle la mente para que se desreprima.

Y nada, me ha hecho gracia y digo.. «pues lo pongo en el blog…»

Baboseando

Dos semanas y ya no puedo más. Me duele la mano. Estoy llegando a unos niveles de pensamientos marranos que ya no sé qué voy a hacer.

Según dicen, hay un área del cerebro que se encarga del tema sexual. Antes, mi área cerebro-sexual trabajaba a pleno rendimiento constantemente (me permitía pensar marranadas mientras el resto de áreas se encargaban de que me acordara de cómo se camina, se respira, se habla y esas cosas cotidianas básicas), pero ahora… creo que la sexoárea ha decidido expandirse y colonizar los territorios circundantes…

Alguien me echa una mano? (Abstenerse garrapatas e insectos extraños xD)

Perdón por el artículo baboso, pero joder… estoy malita.

Ángel Martín:

Dani Mateo:

Alberto San Juan:


Dr. Frankenfurter:

Leonardo Sbaraglia:

Will Smith:


Johnny Deep de pirata:

Pereza:


Robbie Williams (reminiscencias adolescentes):

Magenta -Patricia Quinn (The Rocky Horror Picture Show):


Patricia Conde:

Patricia tremenda

(Si hacéis click en la imagen, se ve más grande)

Berta Collado:

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Joan Jett:

Katy Perry:

EDITO: Me falta esta señorita… joder

Mürfila:

Uffff………………………………………………………………….ahora vuelvo

Garrapatas de concierto

Creo que me hago mayor. Hace tiempo que no disfruto de los conciertos a los que voy, no me dejo llevar por la música, no lo vivo (eso si es que en algún momento lo he «vivido»)… A veces hago el payaso para intentar desinhibirme, pero raramente funciona.

Creo que ya no soy capaz de aguantar fiestas hasta altas horas de la mañana (o del mediodía..).

Además me aburro muy fácilmente (aunque por otra parte soy capaz de disfrutar de cualquier chorrada).

Pero ayer, decidí que si había un concierto de los Delinqüentes, gratis, a media hora de mi casa (en bicicleta), no podía faltar. Aunque me sentara en un banco y lo escuchara como si fuera un mp3, aunque no les viera. Me hacía gracia ir.

Los Delinqüentes son un grupo de música de estos que caen bien. Las letras buenrollistas y pachangueras que hablan de alegría, de porros.. la frescura de todas sus canciones y ese tono entre pícaro y burlón les garantizaba el éxito entre un amplio espectro de público: desde jipi-progres hasta gente «guay«, pasando por punkis de postal… (¿en qué grupo entro yo? ¿frikis zumbadxs a los que les gustan las tonterías, una mezcla de todo eso? ¿Y por qué tengo que poner etiquetas?).

Lo cierto es que sus canciones (hasta el momento) son buenas, y ellos se hacen de querer, desprenden buen rollo y dicen cosas que bueno, para ser un grupo famoso, no está mal.

Empezaron el concierto tocando una canción del nuevo disco, se trataba de un concierto de fiesta mayor que les sirvió para hacer promoción de «Bienvenidos a la época iconoclasta» y casualmente se les escapó que hoy salen en un programa de televisión de un tipo catalán que hace monólogos y lleva gafas. (A este tipo no le hace falta más publicidad…)

Dejando aparte los aspectos negativos del concierto: que soltaran lo del programa de la tele, que apelaran constantemente al «espíritu» deportivo del público (Barça!Barça!Barça!), uso de recursos básicos para animar al público tipo:

-«repetid conmigo: uooooooo»

– «todxs: UOOOOOOO»

y que nos intentaran colar las canciones nuevas al principio (Lo advirtieron, pero al sonar Tabanquero y otra que no recuerdo, antiguas, nos despistamos), moló y me lo pasé bien.

Aunque por la cara que tenía muchas veces no lo pareciera. (Pero es que me agobian las multitudes y había mucha gente y bueno.. me pongo nerviosa. Además como soy incapaz de bailar en público y sólo me salen golpecitos de pie contra el suelo y golpes de cabeza a lo jevi, la señorita se apoyó en un tronco del parque, se cruzó de brazos, y se limitó a cantar un poquito..)

Después de la segunda parte se animó, al público le costó arrancar, pero teniendo en cuenta que a esas horas ya estaba todo el mundo borracho y que en la primera parte casi no tocaran canciones que conociéramos, se entiende bastante bien.

Pero estuvo bien, cantaron y tocaron y estuvieron tremendos, y el ambiente estaba muy animado (lástima que una no se adapte).

El concierto debió durar unas dos horas y tocaron CASI todas las canciones buenas y conocidas que tienen (Aunque a mí me faltó Nube de Pegatina, Uno Más, El Día de los Bomberos y alguna más, pero es que siempre le tengo que poner pegas a todo)

Y no estoy muy literaria hoy, así que voy a dejar de escribir esta cutre-crónica porque me da la sensación de que no digo nada ni interesante, ni gracioso, ni raro, ni informativo, ni nada.

Para que no os quedéis con el mal sabor de boca de artículo sin acabar (no quiero defraudaros, fieles lectores xD) os dejo un video simpático de este grupo…

EDITO: Me han comunicado que el duende garrapata se puso palote durante el concierto y que yo tengo algo que ver en eso.. bien.. el duende garrapata está zumbado, y yo no vi nada raro.. debe ser la primavera (trompetera) [¿broma? fácil], pero es que una se apoya en los árboles de manera muy sesi.

¡Mala suerte!

Un artículo que tenía pendiente desde hace meses y que me ha dado pereza escribir hasta ahora.. la verdad es que ahora también me da pereza, pero bueno, a ver qué sale..

Pese a que a veces me entretenga pensando en chorradas metafísicas que me hacen gracia (la influencia de la luna, los planetas y esas cosas que ni me van ni me vienen, pero que me hace gracia pensar pa entretenerme un rato) no soy una persona supersticiosa. Las cosas pasan y punto.

Así que voy a contaros algo que de alguna manera podría interpretarse como una racha de mala suerte y que sin embargo yo atribuyo a una característica básica de mi persona: soy torpe, soy muy torpe. No controlo el espacio que me rodea, debo tener algún problema de percepción o algo. así..  Esta torpeza me va a rachas también. Épocas en que me tropiezo con el más mínimo bordillo (y si no hay bordillo, con mi propio pie), tiro, rompo cosas y pongo en peligro la integridad de objetos y personas.

Hace unos meses (en septiembre-octubre del año pasado) tuve una época de éstas, en que las «desgracias» se fueron sucediendo día sí, día no.

Sábado 27 de septiembre: Decido hacer galletas de marihuana. Después de hacer la masa y las formas, pongo las galletas en el horno, con mucha mantequilla porque si no se pega (y por un fallo logístico no tenía papel de plata). Voy controlando el fuego y como está bajito, parece que va despacio así que me relajo. Me hago un porro, me lo fumo y cuando voy a mirar las galletas, están un poco quemadas. Las saco del horno e intento salvar las galletas que no se han incinerado. Cuesta sacar. Con la mano derecha agarro un cuchillo potente para rascar las galletas mientras con la mano izquierda sujeto la bandeja por la esquina. Una galleta se me resiste, insisto con el cuchillo y bastante fuerza. La galleta cede, el cuchillo resbala en la superficie de la bandeja y me atraviesa 3 centímetros la palma de la mano. Empiezo a dar saltos en la cocina para evitar gritar, arranco el cuchillo, me lavo con agua y una vez estoy más calmada compruebo que si aprieto alrededor de la herida, por el agujero sale una masa viscosa de carne. No sé por qué, pero algo me agrada en la imagen de las tripas saliéndome por la mano y me preocupo y pienso que se me va la pinza demasiado. La noche siguió adelante y al final acabé en el hospital (que estaba al lado de casa) dónde me dieron 3 puntos y se pensaron que me había liado en una pelea entre bandas callejeras (debe ser común en la zona.. bueh, podría serlo…)

Cuasiamputación

Cuasiamputación

Lunes 29 de septiembre: Empezaba ese día a dar clases de inglés (prefiero llamarlo «acompañamiento en el proceso de aprendizaje de inglés»… que suena más progre, más pedante y menos autoritario) al hermano del sr. Anouk. Como su colegio estaba cerca de mi casa, acordamos que vendría a comer a casa y luego haríamos la clase.  Opto por lo más fácil, macarrones. Una vez están cocinados, voy a tirar el agua sobrante de la pasta, me hago un lío extraño y se me cae todo el agua hirviendo en el brazo.

Miércoles 1 de octubre: Estoy en casa de un amigo, echándome la siesta en el sofá, cuando me despiertan unos golpes muy fuertes, miro y resulta que la policía acaba de reventar la persiana y está entrando en la casa. Voy corriendo al piso de arriba a ver qué cojones pasa, me asomo por la ventana y veo un dispositivo policial formado en su mayoría por secretas mal camuflados, intento hacer fotos pero no hay manera. La policía sube al piso, nos ordena bajar a la planta baja y allí nos informa de que nos detienen. Paso la noche en comisaria, me escuecen los puntos de la mano, creo que la herida está infectada y además tengo un ataque de asma muy fuerte. Acabo en el hospital enganchada a una mascarilla que me mete un chute de ventolín que me deja más alelada de lo que estoy normalmente y me vuelven a llevar a la celda. Me aburro mucho, solo me acuerdo de dos canciones  (y eso que me sé la letra de casi todas las canciones del universo [exageración]) y estoy sola en la celda. Al día siguiente nos llevan al juzgado, nos hacen declarar (todo muy raro) y me dicen que firme no sé qué. Me lo empiezo a leer, me dicen que no hace falta, indico que «no me fío de nadie», la jueza se rebota, me mira mal y me dice que en la justicia hay que confiar, que para qué van a mentir. Y me reafirmo. Y si había una posibilidad de que la jueza se pusiera de mi parte, ahí se esfumó. ¡Bocazas!

Viernes 3 de octubre: De vuelta a casa después de dos días muy raros, estoy cocinando «nuggets» (esos trocitos de carne de vete a saber tú qué, grasientos y aceitosos que en estos momentos me dan asco pero que en su momento me engancharon) y no me acuerdo de lo que pasó, pero me cayó bastante aceite hirviendo en la mano.

La semana siguiente (no recuerdo el día exacto): Un compañero de la casa y yo, nos ponemos en mi cuarto a ver monólogos por internet, él se queda dormido y yo a medias. Muevo la pierna, mi pierna mueve la manta, la manta mueve la botella de agua, que casualmente no tiene tapón y ésta cae y vierte todo su contenido encima del portátil de este chico. Oigo el pum! Apago el portátil bruscamente y lo desenchufo. Mantuve la esperanza de que el ordenador lo superara, pero la esperanza no sirve de nada nunca, y menos en casos que no dependen de la actitud que tengas.

Si se ha jodido, se ha jodido.

Voy al banco y saco todo mi dinero (340 euros) y se los doy al chico, así que estoy sin un duro (si quieres conocer el «curioso caso del compaq presario maldito» pincha en esto que está subrayado)

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En resumen, unos días en qué la luna y los planetas se confabularon contra mí ¡malditxs!.. o unos días en que mi torpeza se manifestaba de manera insistente.

Alejaos de mí y alejad también vuestras cosas, vuelvo a estar torpe y me voy tropezando por doquier, quién sabe cómo puede acabar esta racha..

«Doquier»…. me gusta como suena esta palabra.. «Doquieeeer»..

También podría ser el karma… Aproximadamente una semana antes de que todo esto empezara, se rompió la maldición que me obligaba a mantenerme en estado de abstinencia sexual, así que supongo que el cosmos pensó que si no podía joderme por la vía del follar, me iba a putear de otra manera.

He dicho.

Doquier.

Mente en blanco

Salgo del debate acabando de fumar un porro, bicicleta en mano. Pienso sobre lo que se ha hablado (porque yo no he participado, como de costumbre me he limitado a escuchar).

Cojo el metro, vaya coñazo de viaje me espera y tengo sueño..

El metro está a rebosar de gente, es realmente agobiante, y más llevando la bici, tendría que haber esperado un rato o haber salido antes, pero bueno, intentémoslo..

Durante el viaje (sin libro ni música para entretenerme) observo a la gente. ¡Qué gente más rara te encuentras en el metro! (pienso). Cuando salimos de Plaza Catalunya, no cabe nadie más, al menos en mi zona. Empiezo a bostezar. ¡Joé que sueño, mejor cierro los ojos..!

Al rato, noto temblores, espasmos, abro los ojos, estoy en el suelo del vagón, rodeada de gente con expresión de preocupación que empieza a preguntarme cosas, no entiendo nada, hay un tipo que aguanta mi bicicleta. Me doy cuenta de que me he desmayado, consigo hablar con lxs buenxs samaritanxs que me levantan las piernas y me acomodan la cabeza para que la sangre circule correctamente.

Decido incorporarme, sentarme almenos, la sensación de estar tumbada en el suelo, rodeada de tanta gente mirando, me agobia.

Tengo mucho calor, el collar me aprieta el cuello, me siento y me lo quito.

Decido intentar levantarme, lo consigo y me apoyo en la pared. La gente sigue hablándome y yo les contesto y no hago más que repetir: «Joooder».

Aún no estoy fina, sigo algo mareada. Me noto flotar, me han cogido en brazos y me sacan del vagón. Parece que he vuelto a desmayarme. Cuatro chicos (uno resultó ser estudiante de medicina) y una chica (creo que era enfermera) [eso es vocación!:D] me acompañan a sentarme en los bancos del andén. Me quito toda la ropa que puedo, el collar (que en algún momento me había vuelto a poner) y los guantes. Mierda, estoy jodida.

Jose Luis Onecha

El jipi-aspirante a doctor me pregunta si he tomado drogas: una cerveza y un porro, nada más… ¡de verdad!. Tras pedirme que le pase el contacto («vaya maría más bestia no?»), me contó que él dejó de fumar porros porque siempre se desmayaba, a lo que le contesté «vaya putada» y «es la primera vez que me pasa». Me entra tos, toso, toso, y toso y vomito. El airecito del andén me espabila bastante. Me siento algo mejor, les doy a mis salvadorxs las gracias mil veces y les autorizo a marcharse y seguir con sus cosas así que cuando viene el siguiente metro, se van. Y vuelvo a vomitar.

Decido esperar un rato y aprovechar el airecito, me tumbo en el banco y cuando me noto mejor, me levanto. Viene un metro, voy a cojerlo pero está a rebosar de gente y mi bici y yo no cabemos de ninguna manera. Ya cojeré el próximo. Me siento en las escaleras. Baja un tipo y se queda cerca, ya estoy mejor, pero si levanto la cabeza me mareo. El próximo tren vendrá dentro de 7 minutos, concéntrate en mantenerte consciente hasta que venga, este tipo no me produce ningún tipo de confianza así que más te vale no volver a ese estado.

– Hola reina, ¿te gusta pasear?

Le ignoro, no tengo energías para rabiarle.

– ¿Hola? ¿Qué no contestas, guapa?

Hijodeputa, pienso. Sigo ignorándole, esta vez con ganas de pegarle una paliza pero sin energía tampoco. Parece que mi indiferencia ha surtido efecto y me deja en paz. Pero sólo lo parece, cree que no le he oído.

– Hola reina, ¿te gusta pasear?

– Muérete, pallaso. – respondo

El tipo me mira extrañado y me dice algo que yo interpreto como «eh, tranquila, buen rollo», le miro con esa cara de psicópata tan natural que tengo y se marcha. Viene el metro, lo cojo, joder, qué calor. Vuelvo a marearme. Me bajo a la siguiente estación (Clot) y me dirijo hacia las escaleras. Me siento y vomito. Vomito mucho, parece una catarata. Pero me siento mejor de nuevo. No me siento capaz de llegar sola a casa. La bici resulta engorrosa pero una ayuda a la vez, ya que me sirve de «bastón» o «andador».

Pienso: Tienes 3 opciones para llegar a casa:

1. Ir por tu propio pie: Sería lo mejor, tranquila, pero no me veo capaz. Tendría que quedarme aquí hasta que estuviera realmente mejor.

2. Pedir ayuda a alguien: En este caso, lo más coherente sería llamar a mamá o a papá ya que mi destino es su casa. Y papá tiene coche, quizás..

3. 061: Si no hay más remedio y no mejoro, quizás tendría que avisar al jefe de estación o llamar al 061 para que me atiendan o me lleven a casa o algo..

Valoro las tres opciones y me decido por la más sencilla así que papá vendrá a buscarme a la salida de Sant Andreu.  Mareada, cojo el siguiente metro que pasa, apoyo la bici en la pared (habría pasado una hora desde que me sacaron en brazos) y me siento. No quiero montar otra vez el espectáculo en caso de que vuelva a desmayarme. Consigo llegar a Sant Andreu sin apenas perder el conocimiento, cojo ascensores y parriba, no domino muy bien a mi bicicleta… Salgo del ascensor, y papá me quita la bici, las chaquetas (que no me había puesto porque necesitaba aire) y todo lo que llevo en las manos. Me subo al coche y pa casa.

My name is dRkY

mynameisdrky

«¿Han pensado alguna vez en ese tío que sólo comete malas acciones y se pregunta por qué su vida es una mierda? Pues así soy yo, cada vez que me pasa algo bueno, está a punto de pasarme algo malo: El Karma. Así me di cuenta de que debía cambiar.

He hecho una lista de mis malas acciones y voy a enmendar todos los errores que he cometido en mi vida, intento ser mejor persona.

Me llamo Earl».

Bueno, quizás no sea el mejor ejemplo pero me ha parecido un guiño apropiado (y muy gastado ya a estas alturas).

Tras pasar por una profunda mala época en la que pude identificar, pero no «corregir» aquello que me hacía sentir mal, pensé que la única manera de que no volviera a pasar era acabar con todo lo que me molestaba. En lugar de investigar y fabricar mi propia bomba nuclear para darle una oportunidad al Apocalipsis, decidí centrarme en mí. Había llegado un momento en el que todo estaba desordenado (y no es que el desorden sea malo porque sí, es malo cuando molesta, y molestaba) y lo único que se me ocurría era intentar ordenar. Hasta ahora, la táctica (fallida) había consistido en sugestionarme para cambiar la forma de pensar a través de lo que esperaba un cambio conductual. Es muy difícil entrar ahí dentro y tocar cablecitos, ¡no es un ordenador!. Así que opté por cambiar el comportamiento – forzosamente – para ver si la costumbre hacía el resto.Tenía tantas cosas que cambiar, y que buscar tantas cosas para hacer para poder conseguir el cambio deseado, que hice una lista. (Suelo olvidarme de TODO, pese a que tengo una gran memoria para las tontadas). Hacerme la lista fue una forma de poner sobre la mesa (en realidad sobre el «escritorio» del jodido «WVista» todas aquellas cosas que quería hacer y que posibilitarían el cambio conductual. Y lo ha hecho, la lista se reduce y se amplía continuamente (la idea es que no se acabe nunca) y sí, intento ser mejor persona. (De mí para mí)

Tic cuntenta!

y no podía cerrar el artículo sin hacer referencia a cierta parodia de la original «Me llamo Earl«: My name is Angerl

Una noche de jueves extraña (Feliz jueves!)

A continuación, un resumen de una noche de «fiesta» bastante extraña:

El otro día había que salir de fiesta, había que sustituir el 8 por el 9 en el calendario y tal acontecimiento se merecía una noche de alcohol, sexo y drogas como «diosmanda».

newyear

¡Pero no! Me disfracé en plan «Clockwork Orange» y acabé llendo con un par de amigas (que no podían haberse puesto más «monísimasdelamuerte» a un bar musical en el centro de la ciudad. Un garito muy íntimo y a rebosar de gente con un señor que tocaba la guitarra y cantaba canciones comerciales dignas de los 40 principales que todo el mundo se sabía (Me incluyo ¬¬). Cuando este señor (Javier Ros, creo, aunque no estoy muy segura) abandonó el escenario, subió un personaje divertido. Un señor de entre 45 y 50 años (advierto: soy muy mala poniendo edades), borracho (según una de mis amigas siempre es así, no es el alcohol, es que ha sufrido algún tipo de mutación que le hace estar permanentemente en estado de embriaguez aunque no beba) que se puso enseguida a hacer bromas (sexuales la mayoría de ellas) y a interactuar con el público (de manera sexual la mayoría de las veces). Entonces aparecieron los padres de una de mis amigas. ¡Qué sorpresa más agradable!

Estando observando las actuaciones musicales, entro un «paki» en  el local…

– ¿Rosa?

– ¿Me la regalas?

Y me la regaló!  (Uy madre mía, qué ilusión!) Al final nos regaló rosas a las tres, que más tarde, le regalamos a la madre de mi amiga.(Le dimos algo de dinero, al hombre, nos supo mal)

Se acabaron las actuaciones y tras echarnos del local (yo estaba esperando a ver si se hacía o no la orgía que el segundo cantante había prometido y que finalmente no se celebró [quizás sí, pero estaba reservado el derecho de admisión]) los pamares de mi amiga decidieron que nos traían en coche hasta nuestras casas.. Pero yo había llevado la bicicleta, así que fui a cojerla para llevármela para el metro. Y aquí empieza lo gracioso (bueno, igual tú no te ríes, pero eso a mí me da igual) :

El candado de la bici, estaba estropeado, no se abría. El código que puse de seguridad (y pese a que estaba borracha lo recordé y lo puse bien) no cesaba, así que mi bicicleta estaba atrapada en el centro de la ciudad. Mientras intentaba desatascarlo, me llamó mi madre (igual eran las 6 de la mañana). Le expliqué que ya estaba de camino, pero que tardaría por el tema de la bici y ella automáticamente mandó a mi padre a buscarme con herramientas para soltarla. Y me senté en un banco a esperar a que viniera.

Mientras esperaba, apareció un grupo de chicas más borrachas que yo que empezaron un espectáculo en medio de la calle (tardaron una media hora en darse cuenta de que las observábamos (un par de chavales se les sentaron en el banco de al lado para seguir el show y con otras intenciones que no voy a escribir aquí porque esto es un blog decente). Para hacer más llevadera la espera, decidí que era buena idea fumar (sí, porro) [siempre es buena idea] y mientras lo fabricaba, pasó un señor que me ofreció un intercambio comercial, al cual me negué y le regalé para un par de cigarritos manipulados. Me dio un beso en cada mejilla, las gracias, y se marchó.

Un poco después, un chico se acerca sigilosamente a mí, se pone delante y me dice bajito:

– Ey, ¿me dejas tu sombrero?

– Adelante!

– ¡Qué guay! (Se lo pone) Oye, ¿me lo regalas?

– pfff.. mira es que forma parte del disfraz y me lo he hecho hoy.. ¡el espíritu navideño no da para tanto!

-¡Nada tranquila! ya me compraré uno!

– Vale 😉

Y se fue.

Las chicas seguían con el espectáculo y en este punto ya habían empezado a interactuar con nosotrxs. Pasaron dos chicos que se pusieron a discutir en medio de la calle (algo sobre porros, creí escuchar) iban trajeados, con corbata, camisa blanca y americana. Yo observaba las dos obras de teatro que de repente se estaban dando lugar en la Rambla de Catalunya. Uno de los chicos-traje, se acercó a mí (que estaba fumándome el porro) y me pidió fuego. Sin decir nada, le di el mechero, se encendió el cigarro, me dio las gracias y se fue. Pasados cinco minutos en los que seguí con el espectáculo femenino, volvió el chico-traje:

– Oye, ¿quieres una cerveza?

– ¿Cómo?

– Que si quieres una birra. Es que te he visto aquí antes, que te estabas fumando el porro y he pensado «porro-birra» ¿Quieres una heineken? (agua)

– Bueno, vale! 🙂 ¿Te pago algo?

– No, no, ¡qué va!

– ¡Ala! Pues gracias!

– Nada! Feliz año!

– ¡Feliz jueves!

Y se marchó… (lástima.. :()

Al final llegó mi padre y nos pusimos a robar mi propia bicicleta en medio de la calle… Así que eso, muy raro todo, pero muy divertido. Eso sí, poco alcohol, nada de sexo (no entramos en cuestiones onanísticas) y si hablamos de drogas, dos porros…